Productividad
Qué son los cuellos de botella y cómo evitarlos
Las cadenas de suministro pueden llegar a un momento en el que los procesos se entorpezcan, esto es conocido como un cuello de botella.
¿Cómo identificar si ocurre un cuello de botella? Visión, datos, tiempo real. Una vez detectadas estas obstrucciones potenciales, se pueden poner en marcha los mecanismos de elaboración de respuesta para, primero, resolver la situación lo antes posible y evitar sus consecuencias negativas; y, después, indagar en las causas de su origen, generalmente relacionadas con ineficiencias, mala planificación, flexibilidad insuficiente, problemas técnicos o descensos en el nivel de productividad.
Sin embargo, nada de esto es posible sin la detección, pero ¿cómo llevarla a cabo de forma eficaz?
Una práctica extendida para la identificación de cuellos de botella en la cadena de suministro es recurrir a la monitorización de los procesos, prestando especial atención a los eslabones más débiles.
Esto es hacer un seguimiento exhaustivo que permita identificar el inicio de una situación de atasco, con el potencial suficiente de generar retrasos e incluso una parada del sistema, antes de que suceda, atendiendo a las leyes de la probabilidad. De esta forma, habría que extremar la vigilancia en:
- Las áreas menos flexibles, donde es difícil adaptar los procesos a aumentos súbitos de volumen de trabajo.
- Los procesos menos ágiles que, por su configuración, deben ser abordados de una forma menos dinámica.
- Los componentes críticos de supply chain, no por su potencial de generación de cuellos de botella, sino por la gravedad de las consecuencias que se derivarían del que pudiese originarse a ese nivel.
- Las partes más complejas del sistema, donde confluyen programas diferentes o funcionamiento combinado manual y automático.
- Todos los procesos que sean eminentemente manuales, por definición, ya que son susceptibles de generar retrasos debidos a errores humanos.
No obstante, hay que tener en cuenta que no todos los cuellos de botella en la cadena de suministro son iguales. Existen muchas clasificaciones, que se deben tener en cuenta para poder llevar a cabo una detección efectiva, aunque vale la pena, al menos, conocer los dos principales grupos en que se dividen:
Cuellos de botella tangibles
Son los cuellos de botella que impiden un mayor rendimiento del sistema debido a limitaciones físicas de sus elementos; que, a su vez, pueden clasificarse en:
- Activos: así se denomina a aquellos elementos que pueden influir en el rendimiento del sistema por sus propias acciones y comportamiento, sea o no deliberadamente, como podría ser el caso de los operarios.
- Pasivos: a diferencia de los anteriores, este tipo de cuello de botella no tienen la capacidad de afectar al rendimiento del sistema y transformar sus resultados por sí mismos, al carecer de voluntad. En esta categoría se incluyen las máquinas, los equipos o los transportadores.
Cuellos de botella intangibles
Son los procesos que inhiben el rendimiento del sistema en mayor medida, obstaculizándolo por errores de diseño o, simplemente, por la dificultad y lentitud del funcionamiento del propio proceso, ya sea debido a factores exclusivamente internos o por causas externas añadidas, como pueden ser las de carácter burocrático.
Al momento de establecer un plan de identificación prematura de cuellos de botella en la cadena de suministro, también hay que determinar si su origen es operativo u organizacional, si es de generación espontánea o si está relacionado con el diseño del sistema, si puede pronosticarse o no, si su duración puede agravar las consecuencias y si está dentro del alcance de los responsables de la cadena de producción el poner solución a tiempo o si hace falta aplicar medidas alternativas.
Cualquiera que sea el caso, la detección proactiva es la mejor solución, puesto que amplía el abanico de posibilidades de elaboración de respuesta.
Hay que aprovechar las posibilidades que la tecnología nos brinda para mejorar la eficiencia de la cadena de esta forma.
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