Tecnología
Así como existe el Internet of Things, existe el Payment of Things
En la medida en que los productos se transforman en servicios, la cuestión de monetización del Internet of Things (IoT) es inevitable. Esta nueva era lista para surgir es la del Payment of Things (PoT).
Internet fue la primera evolución digital de los pagos. Y estamos viviendo la siguiente fase, la del pago móvil, que ocurre paralelamente a la expansión del concepto para todos los dispositivos conectados. La siguiente etapa de esta evolución son los wearables, un mercado con expectativa de crecimiento del número de dispositivos entre 210 y 340 millones entre 2018 y 2020. En el futuro, la mayoría de los dispositivos conectados también serán capaces de pagar. En este caso, IoT no será más el nombre del juego, y sí, el Payment of Things.
Varios términos ya son utilizados para describir este concepto: Pago basado en IoT, Internet de pagos o Internet de Comercio, pero para expresar esta convergencia del IoT y de los Pagos, es mejor utilizar el término Payment of Things o el Pago de las Cosas.
Habrá dos etapas diferentes en este fenómeno. En la primera etapa del PoT, existe el botón Dash habilitado para Wi-Fi integrado a tu lavadora, tu impresora, tu licuadora o cualquier aparato doméstico conectado, y sólo necesitas oprimirlo para ordenar algo. El pago es concluido utilizando el modo de pago online elegido y no necesitas más que ir a tu computadora o celular para hacer la compra y el pago. En este caso, el pago aún es accionado por el usuario, cuando presiona el botón. Pero el sistema puede ir más lejos. Algunos de sus aparatos ya poseen sensores para detectar cuando los suministros están escasos. Usando estos datos, su equipo podría decidir, por sí solo, pedir el consumible en falta. Y, en este segundo caso, es el propio aparato que inicia la transacción. Este es el segundo paso del PoT. Una gran cantidad de dispositivos podría realmente ser habilitado para accionar los pagos de forma autónoma.
Con estos nuevos dispositivos que pueden lidiar con pagos de forma autónoma, veremos también una nueva etapa en la transformación digital de los bancos, además de los smartphones y wearables. El PoT integrará aún más los pagos digitales en la vida diaria de los clientes. Va cambiar la forma como las personas consumen e influenciar los estándares de gastos. Estos nuevos casos de uso de pagos serán principalmente basados en servicios y dependerán de cuentas repetidas o de modelos de firma pay-per-use. Todas estas micro-transacciones son capaces de impulsar compras on-line y tienen el objetivo de eliminar aún más los límites entre la compra y el pago, para conseguir el pago sin fricciones. Los objetos conectados también son una herramienta poderosa para conocer mejor los hábitos de consumo. Pero, nuevamente, la principal transformación solo ocurrirá cuando las Cosas se vuelvan los actores de las transacciones. Es así que IoT, y más específicamente PoT, crearán una nueva base de la economía, con modelos de pago orientados a servicios y uso.
Naturalmente, debemos garantizar la autentificación de los dispositivos, pero la autentificación de los propietarios de los dispositivos permanecerá crítica también, especialmente en el momento de la firma del servicio. Y en este dominio hay otra revolución sucediendo. Como usuarios de todos estos objetos conectados, necesitamos “estar conectados” a ellos y volvernos, de alguna forma, parte de Internet. Este fenómeno se podría llamar “Internet de los Humanos”. Cuanta más crítica sea la transacción que queremos hacer, necesitamos identificarnos. Y la manera más obvia de probar quienes somos es usar nuestro propio cuerpo, por ejemplo, a través de la identificación biométrica. El pago es uno de los casos de uso y, por ejemplo, ya están siendo desarrolladas tarjetas de pago biométricas integrando un sensor de impresión digital para que el consumidor no necesite usar una contraseña. Y la seguridad de la identidad digital también será fundamental para casos de uso de control de acceso, ya sea para entrar en su carro o atravesar fronteras.
Por medio de una impresión digital, iris, voz o reconocimiento facial, los seres humanos “estarán conectados” al Internet de las Cosas y se volverán parte de ello. Y esta es otra revolución que veremos suceder al mismo tiempo que la revolución del PoT.
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